#2
Metido hasta las cejas, sin control,
abro las puertas de tu verbo profano
y me hundo en la pluscuamperfecta nube
de tus lisérgicos reproches dulces.
¡Alkol, alkol! ¡Alkol, alkol, alkol!...
Al borde de la Luna me reparo...
Me viste venir en un taxi cutre
y retumbé, infiel y puro- Sol.
Hoy firmo la condena y el contrato,
y aunque sabemos que mi vida pudre,
me das por bueno el tornasol.
Cuando circula la humildad y el paro
conectas luz, señales; prisma y polen,
y brillo mientras tus ojos me recorren
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